EL PLAN DE PERDICIÓN (INTRODUCCIÓN)



"Satanás es un hábil imitador, y a medida que se da al mundo en abundancia la verdad genuina del evangelio, empieza él a esparcir la moneda falsificada de la doctrina falsa... 
[Como] el padre de las mentiras, y a través de las épocas de práctica en su obra nefasta, ha llegado, a ser tan hábil que de ser posible, engañaría aun a los escogidos” (Joseph F. Smith, en Daniel H. Ludlow, Latter-day Prophets Speale, pág. 20-21).

En la actualidad también podemos alertar al mundo de ese sutil plan del maligno. Ese plan de perdición y de condenación que alumbró en su último grito al ser expulsado del Edén, y que fue concebido probablemente tiempo antes y después del gran Concilio de los cielos. El plan de perdición es la antítesis del plan de salvación,  en este último Jehová fue incluido como el real Salvador del mundo; En el de perdición se nos ofrece un salvador "virtual", que no nos libra del pecado sino de la necesidad de obedecer, creando para nosotros un falsa realidad en la que es posible. (David Bednar, "Las cosas como realmente son").

Apoyados en las palabras de los profetas y de todo conocimiento moderno; que armonice con ellas; podemos estar atentos para reconocer partes de ese sutil y astuto plan del adversario. 


¿En qué consiste el "Plan de Perdición"?

Sabemos desde hace mucho que Satanás posee un plan (2 Nefi 9:28) Aunque casi siempre nos centramos en el análisis básico de su desperdiciada majestuosidad e inteligencia (Isaías 14:12-14; DyC 76:25-28) y lo que nos sorprende más es lo convencido que estaba de poder lograr que todos sean salvos sin hacer uso del albedrío; muchos autores incluso han especulado la forma en qué todavía podría pretender lograrlo. No obstante, es solo el eje de una serie de acontecimientos, y hoy todo parece guiarnos a través de las escrituras y textos complementarios (ciencia y tecnología, historia y arte, etc.) a identificar esas piezas del plan de perdición que el enemigo de toda rectitud pretende introducir a la fuerza en el Plan de Dios. 

Como el imitador y el impostor, adjetivos con los que por lo general se le describe, ha confeccionado una copia corrupta del Plan de Dios; modificada y calculada bajo fines egoístas, pero utilizando siempre los mismos pilares (doctrinas que incluye a su manera y conveniencia). Su método consiste en hacer que una mentira se asemeje a una verdad, que luego el vicio reemplace a la virtud y finalmente que sus oscuros propósitos simulen un plan de perfección. Así desvía el corazón de los los hombres, para que también piensen que pueden reemplazar a Dios, o usurparlo.

Él tiene una imitación del sacerdocio, su interpretación del albedrío, de una Creación, de La Caída, de un Salvador, de la vida Eterna y varias doctrinas que nutren lo que conoce requiere un plan bien elaborado. Tiene ordenanzas y pactos, por lo que pudo bien haber edificado un templo (Torre de Babel) en una Babilonia (prototipo del reinado de satanás según: Hugh Nibley, "Lehi in the Desert")  que era claramente el polo opuesto a la Sion de Enoc (Moisés 7:18) para que hombres pecadores puedan alcanzar el "cielo" que él hasta el día hoy les ofrece. Tiene también por lo tanto sus propias huestes que lo sirven e informan; y además requiere; para falsificar Omnipresencia. Es el impostor por excelencia, el padre de las mentiras. 


¿Qué parte de su plan estamos viviendo hoy?

Comprendiendo aquello tal vez podamos ver mejor cómo en la actualidad su plan ha llegado a desarrollarse, en gran medida gracias a la antigüedad de su existencia y la activa astucia con la que ha contemplado el mundo desde su propia torre (DyC 101:57). Quizás tengamos que comprender también la filosofía de su pensamiento y cómo ha calado hasta la raíz de muchas ideologías, e incluso culturas enteras, convirtiéndolas en el caballo de Troya para acceder con el pecado, al cuerpo físico que se le ha negado tener, y así hasta poder tomar control del destino de los hombres. Este ha sido un anhelo que cualquier ente incorpóreo desearía con desesperación y angustia poder llegar a experimentar (Lucas 8:26-33).

El vehículo elegido es desde siempre la distorsión de conceptos sagrados, el mal uso de los avances más notables de la ciencia, ridiculizar las bases morales que han provisto suelo firme para las sociedades, fragmentar la fortaleza de la unidad familiar; lo que en conjunto ha sido el sello anticristo de su dominio (Julie Beck, "Enseñar la doctrina de la Familia") en especial durante las últimas décadas. 

Ha vuelto trivial la responsabilidad personal al alentarnos a vivir como si no hubiese un juicio final, ni por lo tanto consecuencias adversas. Su propósito es depreciar el valor y sacrificio eterno del verdadero Salvador de la humanidad: Jesucristo.

Todas las partes de su plan son realizables en la actualidad, nunca antes ha habido tantas posibilidades de distorsionar y falsificar la vida; lo curioso es que tampoco antes hemos tenido tantas oportunidades de hacer algo real por ella. Aún en este plano físico, la guerra espiritual continúa (Larry R. Lawrence, "La guerra continúa").

La maquinaria final del "Plan de Perdición".

Podríamos resumir la más reciente embestida de lucifer en la incursión de su "doctrina" en las políticas mundo, en la nueva proyección que van tomando las ciencias sociales; en los peligros de la virtualidad y los puntos más cuestionados del uso de la denominada inteligencia artificial; en la perversión del cuerpo y la vulneración de la biología. También últimamente en presentarse con astucia como el final salvador del mundo. Podríamos también anticipar que el dominio consumado de la tecnología sobre la vida y la muerte, sería una de sus principales satisfacciones. Tener la oportunidad de influir sobre quién vive y quién muere. Quién nace, cómo y cuándo. Casi como Dios, pero sin la experiencia y sabiduría de Él.

Pensemos en el Plan de Salvación y a la vez, en que habrá siempre como un reflejo, una oposición en todas las cosas. Si no somos cristianos en que en síntesis solo existe el bien y mal, y que eso es una realidad en casi todas las religiones del mundo: cristianos, budistas, islámicos, hinduistas etc. Incluso en el secularismo (2 Nefi 2:2-11) De hecho está presente hasta en el pragmatismo de las matemáticas ( +, -)

El enemigo de toda rectitud quiere obtener el máximo galardón (La Vida Eterna) sin el esfuerzo que supone la experiencia basada en la obediencia al Evangelio, o en los esfuerzos que en nuestra imperfección realizamos por ser dignos de continuar nuestro progreso eterno. La fe, el arrepentimiento, los convenios, el honor y la perseverancia, se pervierten en su plan y veremos cómo aparecen con otros significados.

Ha hallado quizás también la posibilidad de evitar que continuemos eligiendo, experimentando y aprendiendo, al conducirnos paso a paso por calles sin salida; para después forzarnos a escoger lo que no deberíamos, pero ya no tenemos opción de rechazar. Recordemos que pretende que lo adoremos, y buscará constantemente forzarnos a elegirlo para reclamarnos como suyos (Moisés 1:19;22; Apocalipsis 13:14-15).

El Presidente J. Reuben Clark mencionó alguna vez: 

“Al leer las Escrituras, veo que el plan de Satanás exigía una de dos cosas: o la coacción… del hombre, o la salvación del hombre en el pecado. Dudo que la inteligencia del hombre se pueda coaccionar. Indudablemente, el hombre no puede salvarse en el pecado." (Conference Report Oct. 1949)

Ese plan se ha fortalecido en los últimos tiempos, y ya ha sido desplegado con nueva fuerza sobre la humanidad. Es tanta la confianza del enemigo en él, que no dudará en enfrentar a sus huestes con nuestros espíritus otra vez. Pero de nuevo caerá, y esta vez será para siempre.

En la siguiente parte de esta serie de cuatro artículos, veremos lo que a la luz de las escrituras y analizando más al detalle las palabras de hombres inspirados en todo el mundo, podría haber sido la primera parte de este "sutil plan del maligno".

Parte I: "La organización de la tercera parte de las huestes y la inteligencia artificial".










 Escrito y publicado por: Urim.org




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